MEGUISTOS
Para Lengua
25 de septiembre de 2019
Un relato de poder y del futuro
Autobiografía de Odiseas Machairas
Mis primeros años de vida no fueron muy interesantes. Nací en Grecia, viví 3 años en Bélgica y en el 2009 mi familia se fue a España, justo al cumplir los 5 años. Siempre fui bueno en el colegio, raramente estudiaba pero sacaba buenas notas.
En 4º de la ESO todo cambió. En primer lugar empecé a estudiar, pero los más astutos os habréis dado cuenta de que el año era 2020. El año del apocalipsis.
Murieron varios de mis amigos que estaban en el rango de las armas nucleares. Fue muy triste; pero murieron casi todas las personas que detesto, lo cual fue positivo. Si hubiese dicho esto en esa era todos creerían que estoy loco, pero ahora no me lo pueden decir. Porque están muertos. Por eso llamé “Cesión” a esa época, era una de convenio, contrato y regresión. La gente no miraba hacia delante, siempre veían como hacer algo con “compasión” y para que “nadie se ofenda”.
Crueldad y humanismo no es algo que se puede tener en cuenta si quieres realmente revolucionar. Eso solo lleva a destrucción. Siempre lo ha hecho.
Cuando en las noticias empezaron a decir que el apocalipsis podría superar a la peste negra en porcentaje de muertes es cuando me vino la idea. Arreglar el mundo. Crear un virus que terminaría de matar a cualquier tipo de competencia para gobernar.
El virus no fue difícil de crear, todas las bacterias que teníamos en el laboratorio del colegio ya tenían mutaciones muy exóticas, mi trabajo fue encontrar una combinación demasiado difícil de curar para todos menos para mí; muy parecido a como se encriptaban los ordenadores pre cuánticos.
Era evidente que de esto saldrían unos jefes supremos del planeta que gobernarían a todos. Y también era evidente que intetarían minimizar los daños. Esto es un compromiso, donde ambos partidos se quedan insatisfechos; donde los daños no se minimizan y donde no hay progreso: lo que conlleva una extinción. Yo os he salvado. La juventud no entiende esto, cree que están esclavizados y que no tienen libertad. Pero ellos son unos incultos que no saben cuál era “el país de las oportunidades” de la Cesión. Estados Unidos. El país que fue la sola razón por la cual empezó el apocalipsis.
Y a lo mejor creen que de no ser por el apocalipsis esto no sería así. Pero el apocalipsis era inminente. Y lo era debido a la supuesta piedad humana. La Tierra se estaba calentando tanto que los filósofos de la Cesión estimaban que habría consecuencias catastróficas en el año 2035, si no se hacía nada. Desde el 1950 que se empezaron a romper récords hasta el 2020 no se hizo apenas nada. El mundo se habría acabado hace 47 años de no ser por mí.
Después de las explosiones sólo quedaron vivos gente de España y Francia, lo que actualmente es Galispania. La gente de la costa murieron las semanas siguientes y sólo quedó un gran núcleo de gente en Madrid.
En ese momento desaté el virus. La gente que no murió por el virus, o se suicidó o se quedó sin dinero porque les vendí la cura. En dos meses la población mundial se quedó reducida a unas 4.000 personas, donde nadie podía hacer nada, donde la economía había dejado de funcionar porque yo tenía el 90% de todo el dinero.
En ese instante empecé a organizar a todo el mundo. Les decía que hacer para que cuando la sociedad empezase a funcionar, ahora de manera correcta. Pero organizar a cuatro mil personas no es un trabajo fácil. Estuve dos meses donde había momentos que me pasaba días seguidos sin dormir para seguir adelante. La gente seguía siendo de la Cesión, y tenía que prometer mil cosas a cada persona para que hiciese su trabajo.
Pero cuando los dos meses pasaron, lo conseguí. Podía decirles que hiciesen algo y lo harían. Como primer proyecto quería hacer un sistema de conexión nacional (aunque en ese momento era mundial) de gran velocidad. Que puedas ir desde cualquier punto de Galispania a cualquier otro. Me di cuenta de que necesitaría crear muchísimos túneles o aplanar grandes áreas, que con la tecnología actual tardaría décadas. Por eso decidí inventar un proceso con el cual me convertiría en Dios. El Gran Productor de Antimateria.
Con el GPA en funcionamiento podría hacer lo que quisiese cuando quisiese. La construcción del GPA fue muy dura, pero tras 3 años de las mentes más brillantes del mundo trabajando en este macroproyecto, el 8 de Agosto de 2024, se acabó. El 8 de Agosto nace Dios.
Con el GPA podía tirar antimateria a montañas y desaparecían. Le daba a un botón y veía como donde antes había una montaña ahora no había nada. Toda Galispania estaría alisada en 5 meses. Pero eso solo fue el principio.
Deshacernos de los gases invernaderos fue trivial con el GPA. Empecé febrero de 2026 y en mayo había solucionado el cambio climático. Había logrado hacer en 3 meses lo que el mundo entero no pudo hacer 70 años.
El GPS fue realmente un punto de inflexión. La antimateria normalmente se colapsa al interactuar con materia, que es de todo lo que está hecho el mundo. Por eso se creó la materia exótica, materia con masa negativa, aprovechando el hecho de que el universo no es euclídeo sino esférico. Esta es la propiedad especial de este tipo de materia: curva el espacio hacia fuera en vez de hacia dentro. El ingrediente necesario para crear agujeros de gusano.
Ese fue el siguiente macroproyecto, una red de transporte por todo el universo. Primeramente crearemos una colonia extraterrestre, luego una fuera del universo observable. Después habrá que enlazarlas todas con agujeros de gusano y finalmente crear estos de manera remota. Este fue el Proyecto por Lagrange del Astrónomo Nómada, o el PLAN.
La primera fase del PLAN la empezamos unos años después de la recesión del calentamiento global; en 2030. Rápidamente nos dimos cuenta de que necesitaríamos más tiempo del que tenemos para hacerlo. Así que por eso creamos el Decelerador del Tiempo Local y el Decelerador del Tiempo Universal. El DTL hace que el tiempo se ralentice para una persona y el DCU lo hace para todos, pudiendo exceptuar a individuos si se desea. Una cápsula donde se hacen movimientos minúsculos junto con materia exótica es suficiente para que la relatividad especial haga su efecto. El único límite del nivel de ralentización es la energía que se necesita. En un viaje interestelar se necesitarían niveles de energía que no se pueden obtener con la tecnología de la Cesión. Nosotros diseñamos un cohete de 1km de altura que era el 80% un reactor nuclear regenerativo, lo cual era suficiente para ir medio año luz por mes una vez haya acelerado. En 2034 estaba todo listo para iniciar la parte 1 del PLAN en unos minutos llegamos a la luna, en unos días a Marte, en una semana salimos del sistema solar y en 3 meses llegamos a otra galaxia.
La fase dos del PLAN tardaría mucho más. Las estimaciones más generosas calculaban unos 15 años. Por eso, mientras lo llevábamos a cabo, yo empecé otro proyecto. En ese momento tenía 30 años y sentía que mi cuerpo podía ser mejor. El cuerpo humano es súper frágil y se deteriora como si nada. Yo tenía una visión de una persona básicamente imortal, con fuerza descomunal, donde no tendría ningún problema con cualquier enfrentamiento que no fuese contra otro humano. Lo que quería era mejorar el Homo sapiens al Homo deus.
Si fuese un mal reinador como creen muchos lo habría hecho solo a mí. Pero esto fue una mejora para todos. Después de un año de experimentación, con tan solo 247 personas muertas, se publicó a las masas la Jeringa Potenciadora. Esta hace que las personas tengan más fuerza, mejor memoria y capacidad intelectual, que fuesen más grandes y más ágiles y también tiene un sistema donde se ve tu localización, tu ritmo cardiaco, tu nivel hormonal y demás para que sea procesado por un sistema central para que así la eficiencia sea máxima.
En 2050 se acabó la gran parte de la fase dos del PLAN. Hicimos pasar unos electrones por el agujero de gusano, desde la Tierra hasta Alpha Centauri. Aunque no parezca una hazaña fácil parece excesivo que haya tardado 16 años si nada de lo anterior tardó más de una década. Esto es debido a dos razones. La primera es que la teoría de la mecánica cuántica no era suficientemente buena para llevar a cabo este proyecto y al intentar “resolverla” tuvimos que mejorarla. Al igual que la mecánica clásica fue mejorada por la mecánica cuántica, la mecánica cuántica fue reemplazada por la mecánica última.
Aún había que hacer infraestructura y ampliar el protocolo pero eso solo tardamos un año. Aquí se introdujo el segundo problema: la energía. No era que no podíamos utilizarla, era que no había. Al menos en teoría. La energía no se crea ni se destruye pero según el segundo principio de la termodinámica cualquier proceso aumenta la entropía. La entropía es caos, energía que existe pero que no se puede utilizar. Anteriormente eso no era un problema pero ahora nos estamos acercando a la muerte por calor del universo, la conversión de toda la energía del universo a entropía. Hoy es el 29 de septiembre del 2067 y aún tenemos este problema.
Es lo único en lo que hemos estado trabajando desde entonces es esto pero no parece que haya solución. Con el nivel de producción de 2040 se habría acabado el universo en 2130. Ahora tenemos una ley donde si más del 0.1% de tu energía se pierde se penaliza con pena de muerte. Así hemos retrasado el fin para 2200. Pero no me gusta. No son mis principios. La razón por la que existe esta sociedad es porque yo no me comprometía. Si las personas tienes que ser castigadas, se les castiga; si tienen que morir, mueren. Si todos tenemos que morir para que 10 personas sobrevivan, eso se hará.
Vamos a tratar de terminar el PLAN. Ir con la fase 3. Vamos a intentar salir del universo observable. Transmitir información más rápido que la velocidad de la luz, contradiciendo la verdad de la Cesión. Vamos a intentar utilizar el infinito a nuestro favor. Al igual que hay el mismo número de pares que de enteros, vamos a intentar llevar energía infinita a nosotros. Si esto funciona habremos resuelto todos los problemas del mundo.
Y si no funciona será porque no quise arriesgarme. Porque tuve en cuenta la crueldad y el humanismo y no tuve que haberlo hecho. Eso lleva a destrucción. Siempre lo hará.