Para Lengua

4 de abril de 2020

Hay una chica en mi curso. No la conozco, pero es increíble. Yo siempre estaba convencido que estaba totalmente fuera de mi liga pero creo que he visto comportamiento que indicaría lo contrario. Yo tenía asumidísimo de que no estaba interesada en mi, pero cambió mi mente cuando un día, al acabar el cole, me fui. Siempre paso por su lado, pero intento ser discreto. Esta vez, me di cuenta de que me faltaba un cuaderno. Ya era un poco tarde así que volví a clase por un camino más rápido, por el cual en general no se va. Salí de nuevo por la ruta usual y pasé por su lado, pero antes también la había pasado. Por eso me preguntó: “¿No te habías ido ya?” a lo que le respondí: “Es que se me olvidó un cuaderno. ¿Y cómo te has dado cuenta?” y me fui con un corazón ardiente.

Hay un chico en mi curso. No le conozco, pero es un pesado. Un día me di cuenta de que me estaba mirando fijamente y después cada vez que le veo está intentando disimular. No se si se cree sutil, pero no lo es. El mayor problema fue cuando un día me pasó al salir del colegio y después me volvió a pasar. Yo no me había fijado que era él, así que le pregunté cómo es que estaba volviendo a irse. En ese momento me di cuenta de que creerá que le presto más atención y que estoy enamorada y no que simplemente no tengo un problema social y que, a diferencia de él, puedo simplemente hablar con personas. Y lo peor fue que me dio una respuesta que tenía preparadísima y se fue al instante, sin que le diese tiempo de ver mi cara de asco.